Tarte Tatin

Me considero fans absoluto de los dulces que llevan manzanas, por eso tenía que probar a hacer esta receta. 

La Tarte Tatin es postre típico francés, y es sencillo en preparación e ingredientes, dándole total protagonismo a las manzanas.

Lo ideal para hacer este postre es tener una sartén con mango metálico para poder meterla en el horno y así no toquetear mucho las manzanas, pero yo e improvisado con un molde de horno y creo que el resultado no ha salido para nada mal. 

He visto esta tarta preparada con todo tipo de frutas: plátanos, ciruelas, melocotones, frutas del bosque, todos con resultados espectaculares, pero yo me he decidido por la receta clásica con manzanas, que como he dicho, ¡me chiflan!

Tarte Tatin

Ingredientes:

¾ vasos de azúcar.
½ vaso de agua.
1,5 kilos de manzanas reineta.
Zumo de 1 limón
50 g de mantequilla.
Canela en polvo.
Extracto de vainilla.
Masa Brisa de supermercado.

Comenzamos pelando las manzanas, las descorazonamos, y las cortamos en cuartos, las ponemos en un recipiente grande. Las rociamos con zumos de limón y espolvoreamos canela en polvo.

Colocamos una sartén a fuego lento donde disolvemos el azúcar en el agua, añadimos una cucharada extracto de vainilla. Lo tenemos al fuego sin parar de remover, primero obtendremos un sirope, y luego el caramelo. Tenemos que tener bastante cuidado de que el azúcar no se queme, el caramelo tiene que coger un color dorado no demasiado oscuro. Una vez el caramelo esté listo, colocaremos en la sartén las manzanas de manera concéntrica y con la parte descorazonada hacia arriba. La dejamos caramelizar durante 20 minutos sin mover. 

Pasado este tiempo, sacaremos con cuidado las manzanas de la sartén y las vamos colocando en un molde para horno, intentaremos respetar la forma en la que estaban colocadas, vertemos el caramelo por encima. Extendemos la masa por encima de las manzanas tapándolas y metiendo con cuidado los bordes de la masa hacia dentro. Horneamos la tarta durante 20 minutos en un horno precalentado a 200ºC.

La tarta se desmolda como con un plato y dandole la vuelta como haríamos con una tortilla. Es mejor servirla caliente, acompañada de helado o crème fraîche, pero también esta buena fría.